Venus

Venus

Por Rodrigo Pérez Adrada.


De las manos de Cronos a la mar.
De la sangre pasaron a la espuma,
y después a una dulce y bella bruma;
y finalmente a una ostra de mar.

La perla no se podía comprar.
Si la miraba te daba un reuma.
La piel tan suave como una pluma.
Su voz desearías escuchar.

Sus cabellos de un color amarillo,
sus ojos de mirada agradable,
su canto cual pequeño pajarillo,

su pícara sonrisa era afable.
Ella, delicada como un chiquillo.
Y así era Venus, bella y admirable.