10 elevado a 80

10 elevado a 80

Por D. Carlos Rego Bárcena.


Dice un físico que todo (¡todo!) cabe en un guarismo: 10 elevado a 80. Un Universo completo, con sus planetas y sus lunas, y sus continentes, y sus países, y sus calles. Cada hombre, cada bicho, cada cosa. ¡Todo! El despertador y la legaña, la ducha y el agua del grifo (la caliente, la tibia y, ¡ay!, la fría también). Y mi padre y sus zapatos, y mi madre y su sombrero, tan gracioso. También cabe mi perro, que estornuda las tardes de invierno, por la corriente que entra bajo la puerta, que también cabe. En 10 elevado a 80 está todo contenido. La mesa donde escribo y la mano, mi mano, que sujeta mi cabeza. Y el aire que soplo desde los pulmones hasta el flequillo, que se mueve y se recoloca.

10 elevado a 80 es mucho. Es la uña rota de una modelo apesadumbrada y también el arroz transgénico que cultiva un crío en Indonesia. Es el motor de Alonso, que no arranca. Es el lápiz de un niño de Primaria. 10 elevado a 80 es el empaste del tercer molar de aquel muchacho, y también el anillo de oro, con la fecha grabada en su cara interna, con el que Juan desposa a Lucía.

10 elevado a 80 es un papel con algunas palabras escritas. O mil papeles con cientos de miles de palabras, qué más da. Es papel, es tinta. Qué más da que allí estén El Quijote o unos versos de Salinas. Es 10 elevado a 80. Eso es todo.

10 elevado a 80 es mucho. Es poco. Es mucho y es poco. Es todo y es nada.

O casi nada.

Es 10 elevado a 80.