El caballito feo

El caballito feo

Por Juan Migoya (1º ESO)

Érase una vez un caballo llamado Figueiras, que nació en una granja. Su madre era una pura sangre que se había lesionado muy joven, y no pudo demostrar lo buena que era. Su padre era un caballo de la granja. No era tan bueno como la madre, pero era aceptable.

En la granja, otros animales molestaban a Figueiras porque de pequeño era un poco gordo y feo. En las pruebas de Educación Física, a veces ganaba, pero la gente decía que era suerte.

Un día, un niño vio lo que le pasaba y dijo: “me gusta este caballo porque le pasa lo mismo que a mí”. Decidió entonces llevárselo, y empezaron a montar juntos. Al principio los dos eran muy patosos, pero luego se empezaron a compenetrar. Contrataron un entrenador físico y se pusieron en forma.

Cuando Figueiras se hizo mayor, el niño decidió presentarse a una carrera con él. Todos en la granja se reían del caballo y le decían que iba a hacer el ridículo. Llegó el día de la carrera, y todos los animales de la granja fueron a verles.

Había 12 caballos y todos salieron muy rápido. Como era su primera carrera, Figueiras estaba muy nervioso y salió muy lento. Pero el niño le dio confianza, empezaron a remontar, y ganaron la carrera.

Desde aquel día, todos los animales respetaron a Figueiras, y los niños del colegio animaban al niño en sus carreras. Ganaron todas las carreras de la comarca y se hicieron muy populares.

“No hay que tener prejuicios por el aspecto”

12 de Septiembre de 2019